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martes, 1 de junio de 2010

Enano


Siempre lo veo antes. No lo veo, lo sé en realidad. Pero es como si tuviera las orejeras de los viejos Mateos de la puerta del Zoo y no sé por qué. Es ese enano maldito que siempre tiene razón, aunque se aloje en lo más profundo de mi inconciente. Me avisa, me alerta, me chifla, de todo pero hasta ahí, porque la razón se vuelve una egoísta total. La otra vez me dijo, ¨Te van a robar la billetera¨, a quién dije yo, a papa??? Je! Esperé como 4 horas en la comisaría quinta que me dieran el papelito que acredita que soy un ser humano y no un alien. Es así, el enano es groso.
Aunque si le diera pelota siempre en todo, no hubiese conocido a las personas más importantes de mi vida. Con ella me aviso con un¨che! Salamin! Si ni te gusta! ¨, y así me transporté a ser el protagonista del musical The Wall, je!. También me chifló un ¨Qué???? Dejate de joderrr! Si son como 700Km!¨ y me transformé en papa de trillizos que abandoné en una bolsa de consorcio. Pero ésta vez charle con él, nos sentamos en una nube tormentosa y arrancamos.
Antes que nada quiero decirte que sos un hijo de puta, me dijo. Yo con mi mejor cara de porteño me sonreí. Empezó a enumerarme todas sus llamadas de atención, desde los alerta rojo hasta los más pequeños guiños de truco. A la mayoría no les hice caso, y claro me fue mal, pero sigo sosteniendo que fue para mejor.
Nunca hubiera vivido la cascada, Londres o el muffin.
Es como que él no entiende que la vida no es perfecta, no existe la bella durmiente, esa murió hace rato. No existe la felicidad de los finales de cuentos infantiles, en realidad son más parecidos al final de Lost. La realidad que él ve no existe. La verdadera matrix no es bondadosa, es equilibrada e injusta. Lo interesante es verlo y darse cuenta antes que Neo, antes que Jesús, antes de ser un mártir obsoleto. La vida es lo que sucede, no lo que él quiere que suceda. Las decisiones malas y positivas son el paso a paso de una larga vida con vencimiento. Y ahí es dónde él se equivoca, pobre lo hace de buen enano que es nomás, pero se equivoca fiero.
Igual ahora necesito escucharlo, como si fuese el hijo prodigo o el fucking Lázaro.
Me voy un tiempo indeterminado con el enano, no me esperen que yo voy a volver. Porque lo que más disfruto y amo en ésta vida es volver a equivocarme y ponerme las orejeras.

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